Un grito en el pueblo
que nadie podrá callar
desde el origen del mundo
para el pueblo dignidad.
No dejaré de cantar
aunque partan mi guitarra
me queda la voz y el grito
y me queda la palabra
mientras el hambre de un niño
me siga partiendo el alma
no dejaré de cantar
a la paz y a la esperanza.
No dejaré de cantar
a la verdad y a la calma
a la dignidad perdida
a la luz de tu mirada
a las sombras de la noche
si oscurecen tus mañanas
no dejaré de cantar
a los rocíos del alba.
No dejaré de cantar
al amor y a la esperanza
a la libertad del pueblo
a la historia de sus páginas
a la ilusión de vivir
al consuelo de tus lágrimas
no dejaré de cantar
a la paz y a la esperanza
No dejaré de cantar
a la luz de tu ventana
al refugio de tus besos
al abrigo de tu cama
a tus manos en mis manos
al cobijo de tu casa
a la espuma de tus olas
a la arena de tu playa.
Antonio Pastor Gaitero