No te derrumbes mar en este suelo
ahora que se despierta la mañana
y los racimos de semilla vuelan
para elegir la miel de su sustento.
No te derrumbes mar sobre las rocas
ahora que el mineral color elige
y disfraza la piedra su contorno
para ocultarlo en su interior latente.
Si te derrumbas cae sobre mi pecho,
ahora tengo mis alas sobre espigas
extendidas en paz formando estelas.
En el pan de tu pecho crece el trigo,
derrúmbate en mis manos, con tus manos
amasaremos luces de infinito.
Antonio Pastor Gaitero