Sólo intenta mi verso traicionarme,
quiero escribir ayer y escribo beso
y no deja ese beso de nombrarte,
de recordarme el fuego de tus labios
que fueron llama viva de mi boca .
Una palabra más y escribo verte
y brotan en mi verso acantilados
que descansan en mar de tus caderas
en un atardecer de luz desmantelada
festoneando noches de escarlata,
Reapareces desnuda en cada verso,
cada acento te nombra y enaltece
y busca en el misterio de las voces
el eco que provoca tu presencia.
Mi verso en asonancia te reclama,
si escribo una palabra reapareces,
regresas al azul de madrugada,
resurges de la luz y del silencio
revives de la nieve y de la llama,
te dibujas dormida en cordilleras,
renaces sigilosa, subes, bajas,
ardiente me recorres por las venas
y buscas en mi abismo desbocada
la claridad del néctar sumergido
donde pierden sentido las palabras
para estallar de gozo en los confines
donde la mar la calma nos regala.
El poema eres tú. Si escribo noche
me abrazas en la sombra del desvelo
y sueño de tu luz vertiginosa.
Si escribo paz, escribo tu mirada
y cálida tu mano me protege
de esquinas que separan mi reposo.
No tengo voluntad para el olvido,
sólo me queda el eco del susurro
que el circulo dibuja en la madera.
Tengo atrapada en ámbar tu memoria.
Antonio Pastor Gaitero