No todo serán sombras en la noche
y no adornes tu adiós con celosía,
ni cubras de azul-mar la melodía
de tu voz, tu sonrisa y tu reproche.
Nada me duele mas que tu insensible
manera de cerrar la puerta, vete,
te presto dignidad para la huida.
A pesar del dolor será posible
volver a ver el mar sin que me inquiete,
que robaras azules de mi vida.
Antonio Pastor Gaitero