Sucedió en Madrid el 25 de septiembre de 2015, la tarde que anunciaba un verano tardío y un otoño en pañales, era cálida y fresca, con un aroma a hierba recién cortada y con un sol que jugaba al escondite entre los árboles del Paseo del Prado. Caminaba hacia la calle de Las Huertas nº 57. En La Fídula el escenario me esperaba con la misma impaciencia que yo tenía.

Sigo con los mismos nervios de mi primer concierto, adorné el espacio con libros, lonas de la portada de «Tan sólo por la luz la sombra existe» y fotografías y poemas por las columnas del local, se encendieron los focos y presenté mi trabajo,  canté y recité cómodo, y la palabra se hizo presente entre acordes y silencios.

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Los barcos de los sueños levan anclas

para buscar el mar de tu sosiego,

para verter al mar las acuarelas

que dibujan estrellas en la noche

y pintan en el mar atardeceres

que tiñen a las nubes de colores

y dejan en el agua sus espejos.

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Antonio Pastor Gaitero