Despido el año con un poema del libro «Tan sólo por la luz la sombra existe». Me refugio en el amor para reivindicar respeto y tolerancia.
…
Si se apaga la llama de tus besos
y el viento del ayer se nos detiene
y la tierra se nos convierte en fango
y la sequía quita sed al sueño,
te ofreceré la lumbre y la pavesa,
el barro y el suspiro con mi canto
y brindaré del vaso que colmaste
de leche y mosto, miel y levadura,
y te daré a beber de mi silencio.
Elige así de nuevo tu camino,
yo tendré siempre azules los cipreses,
mi pecho al mar y viva la sonrisa,
tendré al trasluz tus hojas carmesí,
una piedra del mar de tus verdades
y mis labios sedientos de esperanza,
y tendré un verso nuevo cada día
y una canción al viento diferente,
un azul mar de sal para tu orilla
y un mar azul profundo en tu aposento.