Me quedan del adiós los desagravios
si deseo de besar, besar tu boca,
este temblor que en duda desemboca
no lo conocerán jamás tus labios.
Me quedan de tu adiós tristes agravios,
de su inmenso dolor su furia loca,
demencia que a pesar tu amor invoca
como invoca mi amor tus besos sabios.
Nunca sabrá tu pecho delicado
el frío de mi pecho en esta duda
de deseo febril de enamorado.
No has de sentir la herida en mi costado,
ni has de saber si necesito ayuda,
ni has de vivir presentes del pasado.
Antonio Pastor Gaitero