El poema eres tú. Si escribo noche,
me abrazas en la sombra del desvelo
y sueño de tu paz vertiginosa.
Si escribo paz, escribo tu mirada
y cálida tu mano me proteje
de esquinas que separan mi reposo.
No tengo voluntad para el olvido.
Habitas en el eco del susurro
que el círculo dibuja en la madera.
Tengo atrapada en ámbar tu memoria.
Antonio Pastor Gaitero
Doliente espera, pálida mañana,
de atardeceres grises se sustenta,
la luz se desvanece en los candiles
del alma que soporta, pero aguardo
el corazón del mar en tu semblante,
la embriaguez en racimos de tus ojos,
la llama de tu fuego en mis volcanes.
Antonio Pastor Gaitero