Qué alargada es tu sombra en mi recuerdo.
Se clavaron tus sueños en mi pecho
como copiosa lluvia de cristales,
tu desprecio en mi herida silenciosa
como si fuera sal sobre la llaga.
Y tú distante, frío y orgulloso,
y yo vigía de tus horas vivo
abriendo las persianas de la noche.
La paz es un regalo misterioso
que no recibiré de tu maltrato.
¿Será quizás tu fría indiferencia
la que angustia me da de tus elipsis?
Me acercaré despacio a la ventana
y miraré al jardín que fue de un día
el brote de tu fruto apasionado.
Te cerraré la puerta que fue llave
de tu alcoba secreta y el adiós
dejaré en tu jardín y en tu ventana.
Antonio Pastor Gaitero
(Del libro Tan sólo por la luz la sombra existe)
Fotografía de Charo Gómez
Fotografía de Rocío Pastor Eugenio. WOMANWORD
Que bonito.