Ayer, de un viento gris de luz nublada
surgiste tú cercana y amarilla,
esférica cabeza de cerilla
que sin llama da luz tornasolada.
Ayer tuve mi paz amordazada,
el mármol de mi pecho se hizo arcilla,
y fue tu luz el faro, la semilla
que el corazón me dio de la granada.
Qué ejemplo de honradez tan generosa
que tanta luz recibes tanta ofreces,
espejo de belleza desprendida.
La paz de la mañana en ti reposa,
en tu magia de luz cuando apareces
en el cielo de noche, suspendida.
Poema del libro «La respuesta del espejo»