El tiempo ni es pasado ni es olvido
cuando el beso se queda en la memoria,
no tengo a tu recuerdo escapatoria,
ni tengo este suplicio merecido.
Me vine solo, con tu adiós vencido,
un carrusel tu voz, y yo la noria
que gira tras de ti, en obligatoria
caricia, inaccesible, sin sentido.
Eres mi viento, mi timón, mi vela,
la cuna de los sueños donde habito,
surca mi barca sobre el mar tu estela.
No te quiero olvidar ni sueño evito
pues sólo tu recuerdo me consuela.
Dejo tu amor en mi silencio escrito.
Diseño de Miguel Martín Barragán
Poema del libro «El musical acento de tu nombre»
Música de Antonio Pastor Gaitero