Es el otoño luz en la mañana
de la mirada azul de tu sonrisa,
la noche larimar
si tu palabra besa
y abriga al desencanto
y constela el cielo del abrazo.
Todo es azul,
y todo crece si el azul lo nombra.
Es azul el invierno
y la nieve es azul cuando blanquea,
y el manantial que brota zarco
y la lluvia turquesa
si tu pupila llora,
la noche cuarzo claro si la luna
en tu mirar sonríe.
Y tus pasos azulan el camino
cuando viajar te acerca a otras culturas
y el abrazo se vuelve azul al beso.
La prímula zafiro porque nace
en la memoria frágil de lo eterno.
El rocío es azul porque te nombra.
Antonio Pastor Gaitero