Os complace extender sobre nosotros
vuestra tejida capa envolvente,
absorbente y necesaria del miedo
en este mundo de muñecos.
El temor es necesario para la quietud,
para caer en la apatía necesaria,
no ir más allá significa no moverse
y estar parado,
significa ser un instrumento
en vuestras manos.
Nos enseñáis la ignorancia
y nos llamáis analfabetos,
nos cerráis los ojos
para llamarnos ciegos,
pero vendrá el día de los libres, de la luz,
se romperán las cuerdas de los muñecos
y caerán los manipuladores.
Y correremos las marionetas al fin libres,
al fin libres
correremos las marionetas al fin libres.
Antonio Pastor Gaitero (1973)