La pena es un ser vivo
que vivo se mantiene,
y ocupa el tiempo que el amor merece,
en cambio la alegría es un instante
que juega al escondite,
es frágil y fugaz en la memoria,
en cambio la tristeza te acompaña,
te persigue,
porfía en el recuerdo,
y mientras, la sonrisa perezosa
se olvida de jugar entre tus labios.
El tiempo del dolor es todo un mundo,
y pesa más que la alegría pesa,
por eso a veces caminar no puedes,
mas cuando aflora a tu semblante el beso
la sonrisa renace con sus alas
para elevarte al vuelo,
e ingrávido verás cómo sonríe
feliz, la cara oculta de la luna.
Antonio Pastor Gaitero