Me viste de vergüenza la mañana
y la noche me duerme avergonzado,
y me creo culpable si no escribo,
si callo y no denuncio,
si miro atrás y muestro mi ceguera.
Un monstruo crece y vive
alimenta el terror,
con la mentira asciende,
siembra la muerte y nace
y en el oro se baña y reproduce,
oculta la verdad,
dicta sentencia, acusa sin reparo,
se reparte el caudal
que roba sin respiro,
mientras la muerte inacabable gira,
en círculos se agita
y en espiral como un ciclón arrastra
al fondo del abismo la existencia,
y la guerra fomenta,
y el inmigrante huye,
y el mar es una fosa
que custodia los sueños.
Este monstruo se nutre de silencios,
si callamos, el monstruo nos devora.
Antonio Pastor Gaitero
Poema del libro «Con nombre propio»