A Víctor Chamorro, en Hervás
Los amigos son uno en ese lazo
indivisible que el amor procura,
son uno en la distancia y en la aurora
y en ese mar azul de la palabra.
Me refugié en las alas de tus pájaros
y asimilé en el vuelo del abrazo
los vientos cálidos del verso libre
que elevan a la luz de las espigas
la sal y el agua que la aurora vierte
con racimos de acentos a la siembra
la voz en la semilla de tu nombre.
En el refugio de tus ojos dejo
la palabra en la voz que amor pronuncia,
desde el eco sincero, como un verso
que abraza en la distancia del acorde.
Me ofreciste tus manos como estancia,
y en el hogar de tu saber aprendo
como un alumno que seguirte quiere.