Me llevas al umbral de tu hemisferio
para alcanzar los aros de Saturno,
¡Oh! Redondez lunar, beso nocturno,
misterio de la luz y del misterio.
Eres tú del amor mi magisterio,,
nada importa, tan sólo nuestro turno
de vivir, de sentir en el diurno
paisaje corporal del cautiverio.
En la prisión del centro de tu esfera
me recibes y en ella me cobijo,
déjame estar, que mi efusión espera.
El pelo por tu espalda desespera,
y el lado oculto de la luna elijo
para volver cuando tu luna quiera.
Poema del libro «Con nombre propio» publicado por «Lastura ediciones»