Conozco la vida

CONOZCO LA VIDA Valentín Martín

Todo el tiempo musical de Antonio Pastor Gaitero está lleno de acentos con la intensidad que un día prendió su actividad de hombre. Qué es un hombre. A veces uno se asoma al mundo, al pequeño mundo donde caben a lo sumo unas palabras para redimir la nada. Y ve cómo crece, en la noche de Madrid, la condición más humana de un cantor donde la sensibilidad poética tiene también su sitio. Compromiso: sonó altiva la voz contra el maltrato de la mujer, y dolorosamente dulce al recordar a la compañera Cristina Cocca, de adiós reciente. Todos los nombres son más sonoros en la guitarra de Antonio. Y todos los sucesos dejan de ser aparentes y tocan tierra al salir de los atisbos en la voz de Antonio. Eh aquí un hombre que sabe descifrar la vocación de los afluentes que quieren ser ríos, y de la revolución de los arrabales reclamando rosas en el sitio de un matorral. Intimidad: hurgó en su memoria nocturna y encontró este poema al que un día yo abrí las puertas con mi firma que dejó de ser mudez o hueca soledad de soledades. Aquella hija del medio siglo que pudo ser hoy retrato de un coral de juventud y se quedó en un misterio para las advertencias de un poeta archiviejo, imprudente, y con los ayeres agujereados de desmemoria.

Es un ejemplo de que Antonio Pastor Gaitero es mucho más que un murmullo alado. Una lámpara que jamás se apaga.

Valentín Martín

Y crecemos a golpes

En este poema canción utilizo unos versos de Gabriel Celaya , cita que da pie al poema.

No es una poesía gota a gota pensada

no es un bello producto, no es un fruto perfecto

es lo más necesario, lo que no tiene nombre

son gritos en el cielo y en la tierra son actos.

Porque vivimos a golpes, porque a penas sino dejan decir que somos quien somos

nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno estamos tocando el fondo.

Gabriel Celaya

Y crecemos a golpes y nos hacemos fuertes,

endebles al amor a la soledad pequeños

y fuertes al orgullo y al egoísmo fuertes

y débiles al beso, al adiós y a la caricia.

Y seguimos creciendo ante la duda y el miedo,

para vencer el miedo nos mentimos gritando

y escuchamos negando para vencer la duda,

almacenamos ira perdiendo tolerancia,

el poder nos enseña a leer libros en blanco

y nos regala el miedo a los dioses y a la noche,

y así seguimos solos venciendo soledades.

Entre el amanecer y la noche hay tantos pasos,

tanto mar que sentir y tanta sal en las olas,

tanta savia nutriendo raíz, flores y frutos,

tanta esperanza en sueños creciendo y en sonrisas,

tanto amor, tanta entrega dormida entre los brazos,

tantos besos que dar, tanta música en los labios,

que alejamos la noche en cada creciente luna

improvisando soles para inventar mañanas,

y seguimos creciendo y juntos seremos fuertes.

Antonio Pastor Gaitero

Amo la vida en su pasar sereno

Amo la vida en su pasar sereno.

El canto de las aguas que amanecen

de satisfecha sed contemplativa.

Amo la luz de la mirada limpia.

El abrazo que ama y no sujeta.

 A los ojos que abrazan latitudes

 y sonríen sin prisa.

Al corazón de todos,

y a los pulsos que marcan inquietudes

en lazos solidarios de esperanza.

Amo la siembra

y amo la palabra,

y a la semilla si la voz consigue

cantar en el acorde de la espiga.

Y a todos los colores.

Amo la piel por diferente, y únicas.

Amo la voz en todos sus idiomas.

Y cuando entiendo el sí de las caricias

 y mi pecho responde

con un beso que abraza, y se conmueve,

me reafirmo en amar

para saberme vivo.

Concierto 27 de octubre

Recién salida del horno esta canción que estrenaré el día 27 de octubre, en la sala Jazzville– C/ Jesús Aprendiz 19. Poema del libro «Con nombre propio»

D6 F#m

No esperes a que asfalten el camino

Em A7 D6

ni a que alumbren la senda y la señalen con líneas fluorescentes

Em A7

ni temas al recodo,

D6 F#m

ni temas a las ramas si en otoño

B7 Em

brazos parecen que atraparte ansían

G

no esperes a la aurora

F#m

para iniciar el paso

Em A#7 A7

hasta el motivo que incesante te nombra,

G Fm Em A7

ni temas cuando el viento desordene las hojas de los árboles

F# Bm

y un silbido prolongue un eco largo

Em A7

que te obligue a mirar atrás con miedo,

D6 F#m B7 Em

En ese esfuerzo que prolonga el paso la meta está esperando.

G F#m Em A7

El paso decisivo es el primero en todos los caminos que te esperan.

F# Bm E A

No olvides colocar en la mochila toda la dignidad que al ser define,

F# Bm Em A7 D6

honradez y respeto y tolerancia, y así será la meta merecida.

Antonio Pastor Gaitero

Como el silencio quedas y agonizas

Como un manto de luz amanecida

diste a mi noche luz enamorada,

a tus labios dejaste acostumbrada

mi boca, por tus besos sorprendida.

Fuiste una hoguera en besos encendida,

como llamas la luz de tu mirada,

como estrella fugaz iluminada

cruzaste por el cielo de mi vida.

Sólo quedan del fuego las cenizas,

apenas la memoria de la llama

mantiene el beso de tu amor despierto.

Como el silencio quedas y agonizas,

como el recuerdo dejas en mi cama

un paisaje de dunas y desierto.

Poema del libro «El musical acento de tu nombre»

Publicado por «Lastura Ediciones»

Tango bolero a Rodolfo Serrano

Me lleva a la lectura el calor del verano, y el frío del invierno a los libros me lleva, todas las estaciones del año con sus trenes me abrigan y acarician, y el poema surge y me proteje, y busco en él su ritmo y sus canciones. Estoy leyendo ahora «El frío de los días» de Rodolfo Serrano, (Viejos tangos encontrados en una maleta) y me entretengo en el poema «NADA IMPORTA» y leo y vuelvo a leer, y leo cantando:

Nada importa

Esa dulce tristeza del café sin azúcar

viendo pasar la tarde en las calles sin gente.

Releo algunos libros, escribo alguna carta

que no sé a quién mandarle.

Y después pongo un tango y anhelo un cigarrillo.

Pero si, en este espacio de silencio y miedos,

me viene como un sueño los días que vivimos,

y se meten por todas mis venas y bolsillos

y recorren mis trajes y me besan el cuerpo.

y entonces tu recuerdo como una suave brisa

que ahuyentara, de pronto, el calor del verano.

Y te pienso cuando eras la más bella palabra,

el roce de una mano en los bares oscuros.

Cuando tú regresabas de algún tiempo lejano

y te hacías presente igual que un telegrama

que anunciara la vida pequeña de las cosas.

Rodolfo Serrano

Comentarios de Valentín Martín

COMPAÑERO DEL ALMA, COMPAÑERO

En “El musical acento de tu nombre” Antonio Pastor Gaitero moldea la poesía con la sabiduría tradicional de la costumbre, no tiene que recurrir a garabatos o geografías de liturgias exóticas, porque todo lo que escribe forma parte de su mundo, de nuestro mundo, del mismo mundo que es el mundo de todos, por eso resulta tan reconocible.

En este libro – como en toda su poesía – Antonio Pastor Gaitero cultiva una lírica amplia, variada, y cuantiosa que da vueltas en torno al poeta con una emoción sostenida siempre y con una oferta de retales carísimos, pero que él regala con una espontaneidad expresiva de tal calibre que nos parece estar escrita para cada uno de nosotros.

……………………………………………

El soneto: cuando Quevedo terminó su “Amor constante más allá de la muerte” con ese polvo enamorado (supongo que aquí y a estas horas podré decir polvo sin que me eche alguna. Porque me refiero, como Quevedo, al pulvis eris et in pulveren reverteris, es decir el gorigori, a la muerte) entonces yo aposté: después de leer el mejor soneto de amor de la historia, que no más sonetos.

Pero llegó García Lorca con sus “Sonetos del amor oscuro” y sobre todo apareció Miguel Hernández y tuve que recular y desdecirme. Y si me permitís un barbarismo, despensarme.

Y ahora llega Antonio Pastor Gaitero y vuelvo a creer en el soneto.

……………………………………..

Y también pienso en Antonio Pastor Gaitero, maestro de las tres dimensiones de un mismo sentimiento. Mientras cantaba Antonio, mimando la guitarra como si fuese una novia, a mí el corazón me hacía una jugarreta muy extraña: me acordaba un poquito del vigoroso desmayo de los cantautores argentinos que se fueron marchando llevándose el nombre de Atahualpa, Cafrune, Cabral y otros así. Probablemente sea una boludez de mi oído de esparto, qué se yo, porque uno no manda en lo que oye aunque otro diga lo que dice. Estuvo serratiano, tierno, sarcástico, hondo, epigramático, nostálgico, alegre, parlanchín, silencioso y hasta se permitió el lujo de mentirse a sí mismo diciendo que le llaman el triste de Coslada. Amos, anda, Antonio. Antonio Pastor Gaitero pasó por la noche de Madrid y nos dejó otro libro – La respuesta del espejo- y un incendio.

……………………………..

Antonio Pastor Gaitero, CON NOMBRE PROPIO, es el labrador de más aire que con la saquita llena sobre el hombro y la cadera izquierda, va lanzando puñados de simiente con la otra mano para que cada grano caiga en su sitio que es el valle y no el cerro. Todo de modo natural, todo de modo magistral. Porque el mejor poeta no es el que protagoniza más estruendos sino el que nos hace temblar. Su paso es seguro, su memoria poética y musical, tan febril como inagotable. Y no hay miedo de perderse.

También la mar está llena de miles de barcos y los conoce. Sabe de dónde vienen y a donde van. Incluso si el destino de alguno es naufragar y quedarse. Sepan ustedes que están ante uno de los libros más emocionantes que he leído desde que me di al vicio. Así que hagan como yo: lean, escuchen y disfruten del mejor hablador de la música.

……..

ETCÉTERAS, MUCHAS.

Valentín Martín

Reseña al libro «Con nombre propio» de Laura Gómez Recas

A modo de trova. Reseña de «Con nombre propio», de Antonio Pastor Gaitero

CON NOMBRE PROPIO

Antonio Pastor Gaitero

Lastura Ediciones, 2021

A modo de trova

Es poeta, pero no es poeta al uso. Y es cantautor, es decir, que tampoco es un músico al uso. Si somos rigurosos, Antonio Pastor Gaitero es un trovador, un poeta que ostenta el don de la poesía, de la versificación de la vida y lo transmite con la música para amplificar la carga emocional de su mensaje. En este libro de LasturaCon nombre propio, ejerce su maestría en el arte del verso con modos libres y clásicos; y es especialmente amigo del cautivador arte del soneto, al que encumbró en su predilección cuando publicó el libro Sonetos de amor y otras ausencias. Antes y ahora, Antonio Pastor se ejercita en la trova, en la composición poética que podría ser cantada para divulgar su enjundioso contenido, lo que confiere a su poética un rasgo musical muy marcado y, podríamos decir,  celebrado por emocionante; esto no se podría expresar mejor que como lo hizo el escritor extremeño Víctor Chamorro, que hace tan poco nos ha dejado, en una ocasión: (…) Y tus poemas, además adquieren una inefable tercera dimensión cuando los cantas con tu rostro de ATahualpa. Y entonces tu voz, de tantos registros solemnes, se cuela en los territorios más íntimos llevando azúcar y pomada

Al fin, detalla una relación de poemas, entre otros, dedicados a personas concretas que comparten su afección y dedicación a la poesía.  Son poemas que no caen en el panegírico. Puede parecer extraño, en un mundo como el nuestro, donde la envidia, el rencor y el egoísmo empañan las relaciones interpersonales, sobre todo cuando éstas se desarrollan dentro de un círculo de interés común, que un poeta escriba poemas sobre sus compañeros de fatigas, ensalzando todo lo positivo que en ellos admira o siente. Sólo si se conoce su caudal humano, determinaremos que no es extraño en él, sino natural; de hecho, no en uno, sino en varios de sus anteriores títulos de poesía, ejercita esta peculiaridad del poema dedicado. María Givernau, autora del prólogo de este libro, le define con dos palabras: alegría y generosidad. Porque él es una persona comprometida con la amistad y con la emoción que ésta genera y ha querido trasladar al verbo escrito lo que tantos sabemos de su propia voz. Integrar el sentir sobre amigos o personas a las que se admira y se respeta es algo que Antonio Pastor hace con el sentido artístico de la eternidad, de la perpetuación de su propio sentimiento sobre esas personas. Esto me recuerda lo que escribió Miguel de Unamuno en la mítica revista vasca Hermes, a propósito de un número extraordinario dedicado a Zuloaga, sobre cómo la literatura o la pintura ensalzan y se ocupan de personas. Se pregunta Unamuno con qué intención se hace esto y se responde: No otra (intención) que una intención artística, no otra que eternizar lo momentáneo, no otra que la de que desde fuera del tiempo, desde la eternidad, nos mire con sus ojos a los ojos de un hombre, criatura del hombre, y os liberte del tiempo y de sus ingratitudes. 

Con nombre propio escribo este momento
y me acerco a tu espalda si me alejo,
de silencio me visto y me protejo
y de versos me labro y me cimento.

Y, así, con esta sucesión de poemas, el autor quiere contribuir a la perdurabilidad de las virtudes de sus compañeros de viaje, al igual que las de otros a los que sólo ha conocido con al lectura, como Machado o Celaya. En un mundo donde la vanidad, que con sus vacuos resortes conduce, a veces, a la soberbia, y la falsedad son políticamente correctas, el autor afronta sus poemas con la honestidad de su verdad y no
para hacer inflama del halago fácil en lo mundano, tan limítrofe al Vanidad de vanidades, todo es vanidad, del Eclesiatés.

Los amigos son uno en ese lazo
indivisible que el amor procura,
son uno en la distancia y en la aurora
y en ese mar azul de la palabra.  

Estos poemas que hablan sobre personas concretas a las que la lectura nos acerca a través de sus aptitudes y actitudes, están salpicados de citas en cursiva de los mismos. Son como pequeños cordones umbilicales que se agradecen y se combinan con el mensaje que nos facilita el autor. Esta dosis extrema de generosidad Antonio Pastor la salpica con otros poemas, poemas que seguramente están también dedicados, pero en los que el autor se reserva la dedicatoria.  Es por eso, que el lector tiene la sensación de que no hablan de uno sino de todos los personajes que protagonizan el libro porque afrontan los temas que más transfieren a lo poético como la amistad, el amor o el tiempo. Y quizás, a través de ellos, de los «no dedicados», se tiene la sensación de que el autor desea ejercer su derecho a la memoria y a la rememoración de sus circunstancias cuando éstas han sido las personas que han entrado en su vida. Así, su poética conmueve porque apunta directamente al sentimiento, sin rodeos estilísticos o apuntes surreales.

Los árboles de otoño permanecen
erguidos, solitarios, no acompañan 
al niño en la mirada cuando duerme.


Y, con ese goteo de poemas, adereza este libro de lírica especial. Especial porque su estilo poético es muy personal y, seguramente, irremediablemente marcado por su calidad de cantautor. Aunque utiliza la rima clásica, es amante del verso blanco que cultiva con efusión endecasílaba. Es Alfredo Piquer quien, en el prólogo de Tan solo por la luz la sombra existe, hace una disección certera sobre la poética de Antonio… ejerce un cierto eclecticismo de raíz contemporánea en la utilización de la rima de manera optativa y sin establecer (…) delimita con precisión uno de los terrenos más veraces e identificables en poesía, como es el ritmo prosódico y la regularidad en la frecuencia de las tónicas.

Es difícil separar al poeta del músico porque ambos surgieron probablemente casi al mismo tiempo, en compañía, y eso marca definitivamente todo lo que escribe y todo lo que canta. Porque lo primero discurre con ritmo y lo segundo decanta poesía. Quizás, por eso, a modo de trova, escribe lo que en un futuro pueda ser cantado, con el deseo de testimoniar y con la ambición de evitar ese color sepia del olvido.

Parece que me oculto si amor canto
cuando la muerte acecha y despiadada
crece y la guerra crece y se alimenta

y nadie encuentra solución al llanto.
¿A dónde va mi voz enamorada?
Si escribir al amor no me sustenta.

Laura Gómez Recas

Antonio Pastor Gaitero ha publicado los libros de poesía Sonetos de amor y otras ausencias, (2013), Tan sólo por la luz la sombra existe (2015), La respuesta del espejo (2016) y El musical acento de tu nombre (2018), todos ellos en Lastura Ediciones. Además, ha editado dos libros de literatura infantil.

Musicaliza buena parte de sus textos, ya que su vida se desenvuelve entre la poesía y la canción, aspectos que cultiva y divulga en su página antoniopastorcantautor.com

Concierto en mayo

El día 19 de mayo de 2022 en la sala Jazzville cantaré canciones de poetas amigos y entre ellas, algunas del libro «Con nombre propio» y mi chotis «Con un mantón bordado de claveles» y para conocimiento del respetable que lo es, planto la letra de la canción isofacto, osease, más pronto que tarde, abur

Con un mantón bordado de claveles

calquea la gata alegre en la Arganzuela,

levanta el almidón su falda y vuela

ese volante al bies por las Cibeles.

Me calzo la parpusa y los biseles,

cremallera, chitón, que el cheli jela,

la gata con mirarme me camela,

de litri voy, pincel entre pinceles.

Nos vamos de Cascorro a la Gran Vía,

cangelo da cuando te fija un beso,

si coge le dos dibuja melodía,

me birla la razón y lo confieso

La vida es la caricia de su boca,

cangelo da cuando te fija un beso,

un lirio soy si su querer provoca.

me guinda la razón y lo confieso.

Antonio Pastor Gaitero

A Víctor Chamorro

A Víctor Chamorro, en Hervás

Los amigos son uno en ese lazo

indivisible que el amor procura,

son uno en la distancia y en la aurora

y en ese mar azul de la palabra.

Me refugié en las alas de tus pájaros

y asimilé en el vuelo del abrazo

los vientos cálidos del verso libre

que elevan a la luz de las espigas

la sal y el agua que la aurora vierte

con racimos de acentos a la siembra

la voz en la semilla de tu nombre.

En el refugio de tus ojos dejo

la palabra en la voz que amor pronuncia,

desde el eco sincero, como un verso

que abraza en la distancia del acorde.

Me ofreciste tus manos como estancia,

y en el hogar de tu saber aprendo

como un alumno que seguirte quiere.

Presentación de Valentín Martín del libro «Con nombre propio»

Tener estilo es muy difícil. Antonio Pastor Gaitero tiene

un estilo fácilmente identificable. Lo que se llama en

poesía voz propia. Se ve en este libro y en todos sus libros

anteriores. Yo siempre he dicho que su poesía es muy

musical y su música muy poética. Hoy lo vamos a oír.

Antonio Pastor Gaitero, además de tener estilo, voz

propia, una gran densidad lírica y un gato,  tiene corazón.

Pero no un corazón pasivo.

No es casualidad que este libro se llame CON NOMBRE

PROPIO.

El nombre propio no es el suyo, sino el de todos los

demás, a los que él dedica lo mejor de sí mismo.

CON NOMBRE PROPIO es un ejercicio de buena poesía,

porque tener corazón no impide el talento.

Si espigamos, dejando aparte su paso por la buena

mordedura de la reflexión sobre la fugacidad y muchas

más emociones, ese tigre que es el paso del tiempo, y otros

asuntos, nos encontramos con los nombres a los que él ha

proclamado al definirlos.

CON NOMBRE PROPIO lleva un prólogo de María

Guivernau. María dice que no ha encontrado a nadie que

no quiera a Antonio. Se olvida de que tampoco existe un

alguien que no quiera a María.

Antonio Pastor se declara alumno de Emilio Ruiz Parra,

a la manera que Laínez Alcalá lo fue en carne y hueso de

otro Antonio, Antonio Machado. A Laínez Alcalá le

gustaba compartir el farinato con los universitarios en los

portales de San Antonio de la salmantina escuela. El

farinato llama al vino y en el vino de Emilio persiste

Antonio, persiste.

Enrique Gracia Trinidad provoca en  Antonio Pastor

expresiones tan hermosas  como  el andar sigiloso de las

sombras y el amasar las horas del silencio, mientras al

fondo suena el ritmo de un bolero.

Víctor Chamorro es el protagonista de un soneto que

Antonio Pastor viste de preguntas a la manera de Lope de

Vega.

Limpiar el verso de maleza es lo que hace Alfredo

Piquer. Así lo ve Antonio Pastor y así lo cuenta.

Yo sé que Francisco Caro piensa que escribir es arar. Y

Antonio Pastor le adivina la intención en un verso que

habla de la arena que la mar baña.

Y de repente el tirón de cualquier soneto se aparta y deja

paso a uno de los poemas más emocionantes que se han

escrito. De Antonio Pastor Gaitero a Lorenzo Pastor

Gaitero, un hombre al otro lado de la vida a quien el

hermano espera para hablar del mar y de la encina. No

miento si os digo que al leerlo lloré por la garganta arriba.

De poeta a poeta, Antonio Pastor no sólo ve en Isabel

Miguel los ojos más bonitos de Castilla la Vieja sino su

voz sonriendo al viento de la poesía.

Qué cercanía veo yo en los versos de Antonio Pastor a

Alberto Alcalá. Me reconozco en la siembra, en las

semillas, y me crece en las manos el niño que fui un día,

entre nidos y trigales.

Cuando  Antonio Pastor escribe versos para Alicia

Ramos, no puedo evitar mirar por los visillos del poeta y

ver a la muchacha renegar de los sonajeros de La Fídula.

En Inés Poveda Antonio ve la luz de Sorolla y la sombra

de Rembrant. Un canto a los ojos de Inés.

Las persianas de la tarde y la quietud de las ventanas son

para Cristina Cocca, regalo íntimo de Antonio Pastor Gaitero.

Cuando a Antonio Pastor le nombras a Miguel Ángel Yusta

pone a bailar los acentos en sus coplas. Natural en

un poeta que no conoce las palabras mudas.

No hay lenguaje comparable al del agua recién nacida.

Y eso lo ve mejor que nadie Antonio Pastor en Félix de la Torre.

Antonio Pastor  se pone más de pie para retar a Laura

Gómez Recas, en un poema que termina con un verso

para la certeza: y en los campos al viento verte quiero.

Ángel Guinda, otra ausencia que Antonio Pastor ve como

un claro azul de mar a las afueras. Qué belleza esta mirada

de Antonio sobre aquel Ángel que estuvo entre nosotros.

Antonio Pastor y Antonio Capilla Loma comparten

senda, amor, dignidad y verso. Es lo que el poeta pide.

Con Inma Ferrero delante, Antonio Pastor cambia la

estructura poética y se desliza como una melodía

inevitable hasta el abrazo de la aurora. Será romana, supongo.

Lo mismo hace con el gran Gabriel Celaya a quien

Antonio Pastor sigue desde que nació en  el barro,

en el pulso, en la sílaba música.

La voz de Dani Muñoz es vida para Antonio Pastor que se

entretiene y creo que en sus canciones se entrega.

Antonio Pastor intenta encontrar la voz del misterio de

Chuss Laforet, entre las espigas, el mar y probablemente una guitarra.

Volver al origen con Manu Clavijo es la propuesta de

Antonio Pastor que habla en este poema mucho de música

y aquella nostalgia de las calles nocturnas.

Con Juanlu Mora Antonio Pastor quiere volar. Quizás

porque ve en Juanlu la vocación de vilano que él no sabe que ya tiene.

A Claudio H Antonio Pastor le roba versos y resulta un

poema entretejido de ternura y vida.

Ay Daniela Riso y  La Fídula muerta, qué desnudos la

calle Huertas y el corazón de Antonio Pastor dejan.

Valentín Martín. Este es un viejo verde con la pata de

palo. A su bellísima boticaria le ha bajado la ternura desde

que él tiene los orgasmos secos y ya no necesita comprarle

artefactos. Antonio Pastor no lo sabe.

Julio Hernández, madriles negro cubano,  se va con

Antonio Pastor de la mano para cantar libertad. Libertad,

qué gran palabra. Y qué frenesí tiene este poema.

La amistad es una forma de amor que Antonio Pastor

reclama a Mario García Gironés.

Aunque la amistad sucede cuando sucede,

 no hay duda que el poeta esta amistad merece.

Canillejas y Federico Laporta están presentes no sólo en

este libro de Antonio Pastor y en la tinta del Orejas, sino

en los sueños de hoy que ayer mismo iban al colegio juntos.

De Lidia López Miguel Antonio Pastor precisa aprender

su sonrisa, su risa, y un rostro de paz que amar precisa.

Ante Conchita Eugenio Utrilla Antonio Pastor se viste de

domingo y de preguntas. El poeta no echa cuentas, se reafirma. Como amor llama al amor toda una vida juntos,

Antonio Pastor Gaitero no podría terminar este poema

Sino con un te quiero.

El viento se hace malo y anda entre los cipreses ante en el

adiós de Emilio Rioja Juárez. Antonio Pastor recuerda su

mano, su mundo, hasta que llegó el frío circular del silencio.

Tres años hace ya de Paloma Garcerán Ballesteros y

desde su pecho de mañanas florecido Antonio Pastor

recogerá el rocío de sus días. Escrito queda.

Volaron a otra parte los pájaros de luz de Hilario

Martínez Nebreda. Y desde él se alza la voz de Antonio

Pastor prometiéndole el mar y alas para el invierno.

En Juan Carlos Prados de Lucas, Antonio Pastor ve

poemas, pentagrama y noches que le buscan y le reclaman.

Cierra esta lista el nombre de Riky Gary a quien Antonio

Pastor obedece y nombra maestro y hermano. El poeta es

feliz haciendo caso y así vive tras las ventanas la vida en

paz que siempre pretendió Antonio.

Esta bandada de nombres no está lanzada al albur. Ni uno

de ellos está solo. Y entre nombre y nombre hay una

urdimbre tejedora de la mejor poesía que salva unigénitos

y provoca el mismo destino: la emoción. Antonio Pastor

Gaitero es el labrador de más aire que con la saquita llena

sobre el hombro y la cadera izquierda, va lanzando

puñados de simiente con la otra mano para que cada grano

caiga en su sitio que es el valle y no el cerro. Todo de

modo natural, todo de modo magistral. Porque el mejor

poeta no es el que protagoniza más estruendos sino el que

nos hace temblar. Su paso es seguro, su memoria poética y

musical, tan febril como inagotable. Y no hay miedo de perderse.

También la mar está llena de miles de barcos y los conoce.

Sabe de dónde vienen y a donde van. Incluso si el destino

de alguno es naufragar y quedarse. Sepan ustedes que

están ante uno de los libros más emocionantes que he leído

desde que me di al vicio. Así que hagan como yo: lean,

escuchen y disfruten del mejor hablador de la música.

Valentín Martín

Tú sabes que te nombro cuando escribo

Tú sabes que te nombro cuando escribo.

Recuerda que una tarde te quedaste

dormida entre los brazos de la aurora

y se hizo eterno el sueño de los besos

que esperaban el fuego en tu contorno.

Sé que sabes que cuando digo vida

te nombro y te recuerdo,

y cuando escribo beso

te beso y te pronuncio,

sabes que estás en el acento eterno de un adiós

que espera tu regreso.

Que la palabra abraza y te sonríe

porque sentirme vivo fue la causa

que tu mano mi mano protegiera,

que la esperanza de sentir tus labios

en el fondo del sueño permanece.

Sé que sabes que ayer no es el pasado,

que te espero impaciente todavía.

Poema del libro «Con nombre propio»

Presentación del libro «Con nombre propio»

El viernes 8 de abril de 2022 en Madrid, en la biblioteca «Eugenio Trías» (Taller de ideas) presento el libro «Con nombre propio» publicado por «Lastura ediciones» en la compañía de María Guivernau, poeta, Lidia López Miguel, editora, y presentado por Valentín Martín, escritor.

…por una poesía en la que fondo y forma se confundieran como el calor y el fuego del que sale, como el agua y el hielo que la aprisionan. Víctor Chamorro

A Víctor Chamorro

¿Qué serena actitud razón serena?

¿Qué silencios tus ecos comunican?

Atención e interés se multiplican

y la palabra se desencadena.

Yo te escucho en tus libros y se ordena

la voz y la enseñanza, porque indican 

los pasos de la historia, y edifican

dignidad y razón, y en mi alacena.

Aseguro tu escrito y tu presencia,

mientras seguimos en la voz constantes

cultivo tu palabra en la paciencia.  

 

Has dejado en mi vida tus instantes.

Por recibir de tu saber docencia

dejo abierto mi pecho y sus estantes.

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «Con nombre propio»

A Lorenzo Pastor Gaitero

Hoy levanto mi pluma porque quiero

dibujar en tu voz nuevas palabras

que reflejen el eco del silencio

en la bóveda azul de la memoria

tu presencia de abrazo sosegada.

Allí en donde estés tu voz espero

para hablar de la mar y de la encina,

del origen del aire y la distancia,

de la existente vida y su conjunto,

de todos los planetas y sus formas,

para hablar por hablar, para escucharte,

y responder con canto tu regreso.

Porque llueve en mi pecho la mañana,

te espera en el cobijo de la aurora,

abierto  de rocío y hierbabuena,

y el corazón hendido te suplica

¡Acércate!, Yo sé que no te has ido.

Porque tengo sequía de tus manos

te abrazo ahora que mi pluma cita

en este escrito de vida tolerada

tu nombre en el abrazo que propongo.

Llámame zarco, ya que paciente espero

como la mar los vientos encendidos

para acercar mis brazos a la orilla

de tu serena voz amanecida,

para esperar paciente

la calma que propones,

para jugar al mus de compañeros,

 y recorrer de tapas nuestros bares.

Digo tu nombre, y sabes que te escribo,

en este mar azul donde te espera

un cielo de satén y de cretonas.

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «Con nombre propio»

No a la guerra

Me viste de vergüenza la mañana 

y la noche me duerme avergonzado, 

y me creo culpable si no escribo, 

si callo y no denuncio, 

si miro atrás y muestro mi ceguera. 

Un monstruo crece y vive 

alimenta el terror, 

con la mentira asciende, 

siembra la muerte y nace 

y en el oro se baña y reproduce, 

oculta la verdad, 

dicta sentencia, acusa sin reparo, 

se reparte el caudal 

que roba sin respiro, 

mientras la muerte inacabable gira, 

en círculos se agita 

y en espiral como un ciclón arrastra 

al fondo del abismo la existencia, 

y la guerra fomenta, 

y el inmigrante huye, 

y el mar es una fosa 

que custodia los sueños. 

Este monstruo se nutre de silencios, 

si callamos, el monstruo nos devora. 

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «Con nombre propio»

Emilio Ruiz Parra

Al descender por estas escaleras a la bodega, hacedlo con silencio,

sabed que en sus toneles el vino está durmiendo…

Emilio Ruiz Parra

A Emilio Ruiz Parra

En la escalera de tu verso existo,

desciendo en el silencio que provoca

el verso que a seguirte me convoca

y a su lectura como alumno asisto.

Persisto Emilio en la amistad, persisto,

nos unió esa canción que al vino evoca,

a brindar por la vida desemboca,

y a beber y a cantar tu vino insisto.

Acuno el vino como al verso  arrullo,

despierto a la palabra, mezo el cante,

alzo la copa, y al brindar murmullo

 educado, cortés, cordial, galante,

ser amigo de Emilio es un orgullo,

 como su verso es claro y elegante.

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «Con nombre propio»

El beso

Respuesta das en suma de favores,

locura ofrece el rojo de tus labios,

latidos que eliminan los agravios

y cubren a las sombras de colores,

se elevan a la luz de los albores

y dejan en mi boca el pintalabios

con la caricia de tus besos sabios

que enseñan el dulzor de los sabores.

Queda en el beso cuando el beso sella,

un permanente río de presencia,

un ansiado temblor que deja huella.

Un mundo de pasión y de demencia

es fuego en mi interior que amor destella

y despierta mi sueño en la impaciencia.

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «Con nombre propio»

Deseos

Le pido al tiempo para ti, sosiego,  

y-esa salud que todo el mundo pide,                    

no solo en este nuevo año, y anide

mi abrazo en ti que en este canto entrego.   

                                               

Te abrazo y te deseo en el apego,     

en la amistad que en nuestro amor reside,                

pide a la vida que al amor envide      

y recoge las flores del espliego.

Deseo tranquilidad que nada empañe     

los pasos que nos quedan del trasiego     

de vivir, que la suerte te acompañe.

        

Que tañe en ti la vida y tañe y tañe,       

por ser feliz en alas te despliego,     

no dejes que la ortiga nos engañe.

Antonio Pastor Gaitero

      

Guernica, al cuadro de Pablo Picasso

Guernica. Al cuadro de Pablo Picasso

Queda el terror de la guerra

en el lienzo reflejado

y grita el pájaro alado

y el toro a su miedo encierra

y herido el caballo aterra

y la luz desaparece

y el color huye y parece

que escucho un grito en la sombra,

la madre al  hijo renombra

y crece el dolor y crece.

Poema del libro «Con nombre propio» de Antonio Pastor Gaitero. Publicado por «Lastura ediciones»