Fotografía del libro “Adivinanzas, el libro olvidado y otros cuentos” Cirodelia (Adobe Stock) publicado por Editorial Juglar – de Antonio Pastor Gaitero
Al abrirlo, una sábana
se extiende por mis manos
como una nube blanca,
de pájaros repleta
con extendidas alas,
la alas son acentos,
los pájaros palabras.
Si se cierra descansan
en nieve las palabras
y las palabras duermen
en camas numeradas.
Si se abre descubres
el nombre de las plantas,
los nombres de los ríos,
el origen del agua,
una historia que empieza,
otra historia que acaba.
Si se cierra se juntan
las hojas y se callan
las voces de los ecos
que cuentan las batallas.
No sabrás si se cierra
si hay estrellas al alba.
Libro cuando lo abro
del papel las palabras.
Seguimos con el juego de las adivinanzas en verso, para jugar con los más pequeños de la casa en esta situación de claustro obligatorio, para estar unidos en la distancia.
Te escribo esta carta desde casa, aquí me quedo por ti, por todos, para intentar vencer en esta batalla a este virus implacable. Cada uno batalla en su medida y esfuerzo, sé que para ti la pared no es un paisaje y tus ojos habitan sus rincones, y tu mundo es ahora un espacio reducido donde la esperanza aguarda, pero tu lucha es mi ejemplo y te valoro. La soledad nos une y nos hermana.
Aprecio al personal que te cuida y se desvela por cantar contigo la victoria. Nunca he sentido la unidad tan cerca como ahora que tenemos que respetar distancias.
Te escribo porque quiero decirte ¡No decaigas! Mantente firme, vamos a superar este desafío, y saldremos a la calle para recuperar el tiempo extraviado, para brindar por la vida en un abrazo múltiple. Ánimo, nos espera la alegría.
Vuelvo con nuevos poemas y nuevas canciones. Vuelvo al escenario mágico de La Fídula, en el barrio de las letras de Madrid, en la Calle de las Huertas.
Cantaré entre otros poemas esta canción:
Sea toda enseñanza una pizarra,
para borrar, para escribir de nuevo,
para aclarar la historia de la piedra,
para borrar el daño,
para escribir un beso.
Pizarra sin castigos, sin mandatos,
sin profesor con regla.
Con canciones y cuentos
que alarguen las sonrisas de los niños,
para que crezcan sabios con el juego,
con tizas de colores, sin banderas,
con cuadernos en blanco
para escribir sin miedo,
y dibujar poemas
para crecer sin dueño.
Poema de Antonio Pastor Gaitero del libro infantil ” Nuevas andanzas de Antoñito el orejas”
Hilario cuando terminaba de recitar un poema miraba a su alrededor con una sonrisa cómplice, y uno a uno respondíamos con una sonrisa por abrazo, conocí a Hilario en la tertulia del Café de Oriente, en los inicios del año 2000, o en los finales de 1999, asiduos los dos al evento poético, fue su cordialidad lazo indispensable para el afecto, maestro de la amistad, era su presencia motivo de encuentro y aprendizaje. Fue necesario conocerte, te admiro y te quiero.
Dejo este poema de su libro “Heridas de piedra” publicado en la Antología del Café de Oriente “Hiriendo de la luz el mar helado”
Se fue llenando la sala Galileo Galilei, la noche del 15 de diciembre de 2019 poco a poco, sin pausa, entre saludos y abrazos los asistentes ocupaban sus espacios y una atmósfera de amistad se manifestaba entre sonrisas. Daniel Hare despedía su exitoso disco DÍA D HORA H. Se apagaron las luces de la sala, el escenario se iluminó y sorpresa, Alicia Ramos con “Grutiful” inauguraba la noche, sus diálogos provocaban guiños de complicidad y su Rock and Roll el entusiasmo y el aplauso.
Daniel Hare apareció en el escenario, un unánime aplauso le recibió en un emocionado abrazo. Estuvo sincero y cálido en sus comentarios con el público, diría confidencial, fue desgranando sus canciones con una emoción contenida y compartida con todos, el clima de entusiasmo crecía a cada paso, la ternura se reflejaba en temas como “Llueve” “Quién tiene miedo” “No me hagas caso y vete”o “Sara” y un silencio recorría la sala cómplice de la ternura. Para júbilo y la participación de todos “Dios tenga piedad de los banqueros” O “Instrucciones para escribir la canción del verano”. Reseñar la exquisita participación de la banda, precisa e implicada en cada tema con una maestría inigualable.
En conclusión, fue una noche mágica de emociones, cálida, donde la canción de autor reclama el pedestal que merece cuando la calidad acompaña.
Mi amigo Iñaki Oñate, me hablo de ti, andaban los primeros años de la década de los 70, era entonces un mal alumno donde aprendía imitando tu desgarrada voz para construir canciones. Fue el inicio de una larga búsqueda de acordes y de historias que todavía se mantiene. Sigo siendo tu alumno.
A PATXI ANDIÓN en la noche del nueve de noviembre de 2001
Poema del libro “Sonetos de amor y otras ausencias” publicado por “Lastura ediciones”
Recitaré este poema y cantaré esta canción entre otros textos el viernes 25 de octubre en “La Fídula” en el barrio de las letras de Madrid, porque es un canto de amor en el sentido más amplio de la palabra.
A A9 A C#7
Y crecemos a golpes y nos hacemos fuertes
F#m Em6 F#7 Bm
endebles al amor y a la soledad, pequeños,
E7 A
y fuertes al orgullo y al egoísmo fuertes,
A A9 C#7
y seguimos creciendo ante la duda y el miedo,
F#m Em6 F#7 Bm
para vencer el miedo nos mentimos gritando
E7 A
y escuchamos negando para vencer la duda,
Dm A
almacenamos ira perdiendo tolerancia,
B7 E7
el poder nos enseña a leer libros en blanco
Dm A
y nos regala el miedo a los dioses y a la noche
B B9 E
y así seguimos solos venciendo soledades
A C#7
Entre el amanecer y la noche hay tantos pasos,
F#m Em6 F#7 Bm
tanto mar que sentir y tanta sal en las olas,
Dm A
tanta savia nutriendo raíz, flores y frutos,
B MI7
tanta esperanza en sueños creciendo y en sonrisas
Dm A
tanto amor tanta entrega dormida en nuestros brazos
La tarde amenazaba lluvia, pero un cálido viento apenas hacía bailar las hojas de los árboles, crucé tranquilo el Paseo el Prado y encaminé mis pasos al barrio de las letras, en la Calle de las Huertas 57 me esperaba un escenario amigo, la luz tenue de la sala provocaba en mí, la inquietud nerviosa del directo. Afiné la guitarra para probar sonido y empecé recitando un poema del nuevo libro “Con nombre propio”. El silencio que me acompañó durante todo el concierto lo recibí como un abrazo y canté mis poemas con la entrega sincera de un abrazo compartido.
Al finalizar el concierto sentí que me faltaba el abrazo de una despedida, es por eso que quiero volver a esta sala representativa de la canción de autor.
Estás hecha al olvido en esta tarde
que olvida el sol de mayo su existencia,
sería necesaria una tormenta
de besos indulgentes, de iniciales
sonrisas en el alba del espejo
para esperar al mar desde la orilla,
para esperar la flor en los inviernos,
cuantas piedras tiré al acantilado
ese mes de diciembre y despedida
cuando el atardecer del mar lloraba.
Quizás la luna en su creciente guarde
la virtud que define la paciencia,
se divide en sus ciclos, tiene en cuenta
la fuerza natural de los metales,
entre los desengaños me hice viejo,
mi acero se oxidó, se tornó arcilla,
ya no vendrá la luna para vernos
de la mano seguir su paso alado,
de mi orilla tu mar buscó la huida
mientras la luna a nueva se alejaba.
Antonio Pastor Gaitero
Poema del libro “La respuesta del espejo” publicado por “Lastura Ediciones”