Me lleva a la lectura el calor del verano, y el frío del invierno a los libros me lleva, todas las estaciones del año con sus trenes me abrigan y acarician, y el poema surge y me proteje, y busco en él su ritmo y sus canciones. Estoy leyendo ahora «El frío de los días» de Rodolfo Serrano, (Viejos tangos encontrados en una maleta) y me entretengo en el poema «NADA IMPORTA» y leo y vuelvo a leer, y leo cantando:
Fotografía del libro «Adivinanzas, el libro olvidado y otros cuentos» Cirodelia (Adobe Stock) publicado por Editorial Juglar – de Antonio Pastor Gaitero
Al abrirlo, una sábana
se extiende por mis manos
como una nube blanca,
de pájaros repleta
con extendidas alas,
la alas son acentos,
los pájaros palabras.
Si se cierra descansan
en nieve las palabras
y las palabras duermen
en camas numeradas.
Si se abre descubres
el nombre de las plantas,
los nombres de los ríos,
el origen del agua,
una historia que empieza,
otra historia que acaba.
Si se cierra se juntan
las hojas y se callan
las voces de los ecos
que cuentan las batallas.
No sabrás si se cierra
si hay estrellas al alba.
Libro cuando lo abro
del papel las palabras.
Seguimos con el juego de las adivinanzas en verso, para jugar con los más pequeños de la casa en esta situación de claustro obligatorio, para estar unidos en la distancia.
Poema del libro «Sonetos de amor y otras ausencias» publicado por «Lastura ediciones»
Recitaré este poema y cantaré esta canción entre otros textos el viernes 25 de octubre en «La Fídula» en el barrio de las letras de Madrid, porque es un canto de amor en el sentido más amplio de la palabra.
A A9 A C#7
Y crecemos a golpes y nos hacemos fuertes
F#m Em6 F#7 Bm
endebles al amor y a la soledad, pequeños,
E7 A
y fuertes al orgullo y al egoísmo fuertes,
A A9 C#7
y seguimos creciendo ante la duda y el miedo,
F#m Em6 F#7 Bm
para vencer el miedo nos mentimos gritando
E7 A
y escuchamos negando para vencer la duda,
Dm A
almacenamos ira perdiendo tolerancia,
B7 E7
el poder nos enseña a leer libros en blanco
Dm A
y nos regala el miedo a los dioses y a la noche
B B9 E
y así seguimos solos venciendo soledades
A C#7
Entre el amanecer y la noche hay tantos pasos,
F#m Em6 F#7 Bm
tanto mar que sentir y tanta sal en las olas,
Dm A
tanta savia nutriendo raíz, flores y frutos,
B MI7
tanta esperanza en sueños creciendo y en sonrisas
Dm A
tanto amor tanta entrega dormida en nuestros brazos
Volver a la Fídula es regresar a casa. El viernes 24 de noviembre, me desnudo de nuevo entre palabras y acordes para vestir poemas. Entre ellos cantaré textos del nuevo libro «El musical acento de tu nombre» que publicaré con Lastura Ediciones en breve.
En el enlace arriba indicado podéis ver y escuchar parte de una actuación en directo,en ella encontraréis en el inicio un fragmento de un poema de Cristina Cocca que a continuación detallo: Háblame de la mar, háblame de este cielo si tú quieres./ Todo será lo mismo, dos azules, dos grises si la tarde es la que mueve el viento que fuera tu caricia/ háblame de este cielo si tu quieres./ Háblame de esas noches donde la sal blanquea los muros de mi casa /y en los acantilados oculta mi escondite./ No me digas: el mar es como un beso de largos manatiales,/ el cielo tiene nubes con la suave hilatura de los linos para tejer la tela de tus sábanas. /Dime sencillamente que me hablarás de vida mientras sueño. Cristina Cocca
Tengo por costumbre antes de cantar recitar como introducción un poema, en este video recito«Fueron mis brazos cuna de tus sueños» delpoemario «La respuesta del espejo» de Antonio Pastor Gaitero :
Fueron mis brazos cuna de tus sueños.
Si acaso recordaramos la aurora
con su paciente luz en sus espejos
y viesemos los besos de la infancia,
las aladas sonrisas de tus juegos,
si acaso en un instante las palabras
atendieran abrazos de silencio
y fueran compañeras de sonrisas
y en la paciencia pronunciar te quieros.
Hay un caudal de vida en tu mirada.
Qué pérdida de vida es este tiempo.
Si el silencio dejase de huir a nuestros gritos
y pudiera decir te quiero tanto
que tengo descosidos los brazos de mi cuerpo,
los ojos de mi llanto si tú no estás en ellos,
no sabrás ni podré desde la ausencia
explicarte que vivo en el fracaso
si tú no estás presente en mis anhelos,
si no clamo tu nombre en la mañana,
si no estás en mis brazos sonriendo.
No me puedes prohibir que ahora te nombre,
te tengo que llamar porque te espero.
Antonio Pastor Gaitero
De esta manera doy paso al canto y en esta ocasión el tema elegido es un soneto de Miguel Hernández del libro «El rayo que no cesa» «Umbrío por la pena» musicalizado por Antonio Pastor Gaitero.
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Pena con pena y pena desayuno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a mi lado fiel, pero importuno.
Cardos, penas me ponen su corona,
cardos penas me azuzan sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
circundada de penas y de cardos
¡Cuánto penar para morirse uno!
Miguel Hernández
Brevemente he intentado acercaros al video elegido y mostraros los textos que utilizo, sé que si la palabra vuela es más fácil el abrazo y es más facil cantarle a la vida.
Sus letras lo dicen todo de él, su música también.
Así, hemos creado este canal de VIMEO que complementa el de Myspace, para que podáis ver el trabajo de un artista nato, que desgarra con la palabra y embelesa en clave de sol.