Colocarme en la fila no he querido
de los que dan su pésame obligado,
ni me he acercado al foso, ni he tirado
un puñado de tierra por cumplido.
No he cubierto de luto mi vestido
ni corona de flores he llevado,
será tu paz mi llanto inacabado,
y tu adiós un dolor desconocido.
Me quedo por amiga tu sonrisa,
te reservo mi pecho por espacio,
seré tu hogar, tu sal de mar, tu brisa.
Silenciosa la noche cae despacio,
dejando en el azul la luz precisa
que convierte la tarde en tu palacio.
Antonio Pastor Gaitero