Abril de 2020
Se prende el tiempo en la madera ajada,
en la puerta se agrietan las astillas
y el óxido envejece cerraduras,
almagra la pintura repetida
y se nubla el barniz, y en la mirilla
se refleja una luz amordazada,
ya no se escucha el canto de las llaves
en su trajín diario de apertura
en su ritmo de acostumbrados golpes.
Elijo la ventana para salir corriendo,
para alcanzar la luz entre cristales,
para subirme al árbol que diviso
de verdes ramas, florecidos brotes.
Y soy la puerta abierta que te espera
con manos agrietadas, pelo cano,
nublados ojos, brazos imprudentes,
con desatada luz en mi recinto.
Toma las llaves de mi casa ahora
las ventanas reflejan certidumbre.
Antonio Pastor Gaitero
Fotografía de Charo Gómez