Pasar una mañana con alumnos de tercero de primaria es volver a la ilusión y a la sorpresa, al júbilo, a la atención, a la algarabía descontrolada, al silencio y a la pregunta, en suma a la niñez. Les presenté el libro infantil «Adivinanzas, el libro olvidado y otros cuentos» les canté canciones, y con las adivinanzas provoqué respuestas al acierto, que con suma celeridad respondieron afirmativamente, hubo risas y todos querían responder levantando la mano con impaciencia. La despedida fue entrañable, algunos me abrazaban y me sentí querido por su espontaneidad, me ofrecían sus manos sonriendo y me sentí importante por segundos.
Les canté entre otras esta adivinanza:
Al abrirlo una sábana
se extiende por mis manos
como una nube blanca,
de pájaros repleta
con extendidas alas,
las alas son acentos,
los pájaros palabras.
Si se cierra descansan
en nieve las palabras
y los dibujos duermen
en camas numeradas.
Libro cuando lo abro del papel las palabras.
Si se abre descubres
el nombre de las plantas,
el origen del hielo,
el canto de las aguas,
una historia que empieza
otra historia que acaba.
Si se cierra se juntan
las hojas y descansan
los ecos de las voces
que cuentan las batallas,
no sabrás si se cierra
que hay estrellas al alba.
Libras cuando lo abres del papel las palabras.
Adivinanza del libro «Adivinanzas, el libro olvidado y otros cuentos»