Yo seré el beso si tu voz reclama
el beso de mi fuego a fuego vivo,
seré para tu sed la ansiada fuente
y el río que en tus aguas desemboca
al destello de luz de tu reflejo,
tu mar, tu sal, tu espuma en las arenas.
Seremos dos la vida de la llama
seremos dos el beso fugitivo,
la sonrisa del alba en el poniente,
toda razón para quererte es poca,
ámame con locura y sin complejo,
que yo te llevo amor a manos llenas.
Tuya es la voz que en el amor me llama,
tuya es la noche, el beso decisivo,
la fuerza que traslada la corriente
de mi caudal al delta de tu boca,
tuya es la luz paciente del espejo
y es tuyo el mar que en el amor serenas.
Poema del libro «La respuesta del espejo»