Al poeta Ángel Guinda

Cada frontera es una cicatriz en la piel de la tierra. ¡Éste no es mi lugar! Ángel Guinda

A Ángel Guinda

Extranjeros en todos los países,

en todos los países hay fronteras,

son una cicatriz las cordilleras

que sangran sin cerrar sus puertas grises.

Lo seremos quizás aunque divises

un claro azul de mar en las afueras,

y una llama de sol en las vidrieras

atrapes con valor y decomises.

Éste no es mi lugar, soy extranjero,

seremos como extraños en la herida,

la tierra sufre y muere en abandono.

No quiero este lugar y amarlo quiero,

y dejo la esperanza en mí prendida,

para sembrarla en ti, riego y abono.

Antonio Pastor Gaitero

(Éste no es mi lugar, soy extranjero),- verso de Ángel Guinda

Poema del libro «Con nombre propio» publicado por Lastura Ediciones

Presentación de Valentín Martín del libro «Con nombre propio»

Tener estilo es muy difícil. Antonio Pastor Gaitero tiene

un estilo fácilmente identificable. Lo que se llama en

poesía voz propia. Se ve en este libro y en todos sus libros

anteriores. Yo siempre he dicho que su poesía es muy

musical y su música muy poética. Hoy lo vamos a oír.

Antonio Pastor Gaitero, además de tener estilo, voz

propia, una gran densidad lírica y un gato,  tiene corazón.

Pero no un corazón pasivo.

No es casualidad que este libro se llame CON NOMBRE

PROPIO.

El nombre propio no es el suyo, sino el de todos los

demás, a los que él dedica lo mejor de sí mismo.

CON NOMBRE PROPIO es un ejercicio de buena poesía,

porque tener corazón no impide el talento.

Si espigamos, dejando aparte su paso por la buena

mordedura de la reflexión sobre la fugacidad y muchas

más emociones, ese tigre que es el paso del tiempo, y otros

asuntos, nos encontramos con los nombres a los que él ha

proclamado al definirlos.

CON NOMBRE PROPIO lleva un prólogo de María

Guivernau. María dice que no ha encontrado a nadie que

no quiera a Antonio. Se olvida de que tampoco existe un

alguien que no quiera a María.

Antonio Pastor se declara alumno de Emilio Ruiz Parra,

a la manera que Laínez Alcalá lo fue en carne y hueso de

otro Antonio, Antonio Machado. A Laínez Alcalá le

gustaba compartir el farinato con los universitarios en los

portales de San Antonio de la salmantina escuela. El

farinato llama al vino y en el vino de Emilio persiste

Antonio, persiste.

Enrique Gracia Trinidad provoca en  Antonio Pastor

expresiones tan hermosas  como  el andar sigiloso de las

sombras y el amasar las horas del silencio, mientras al

fondo suena el ritmo de un bolero.

Víctor Chamorro es el protagonista de un soneto que

Antonio Pastor viste de preguntas a la manera de Lope de

Vega.

Limpiar el verso de maleza es lo que hace Alfredo

Piquer. Así lo ve Antonio Pastor y así lo cuenta.

Yo sé que Francisco Caro piensa que escribir es arar. Y

Antonio Pastor le adivina la intención en un verso que

habla de la arena que la mar baña.

Y de repente el tirón de cualquier soneto se aparta y deja

paso a uno de los poemas más emocionantes que se han

escrito. De Antonio Pastor Gaitero a Lorenzo Pastor

Gaitero, un hombre al otro lado de la vida a quien el

hermano espera para hablar del mar y de la encina. No

miento si os digo que al leerlo lloré por la garganta arriba.

De poeta a poeta, Antonio Pastor no sólo ve en Isabel

Miguel los ojos más bonitos de Castilla la Vieja sino su

voz sonriendo al viento de la poesía.

Qué cercanía veo yo en los versos de Antonio Pastor a

Alberto Alcalá. Me reconozco en la siembra, en las

semillas, y me crece en las manos el niño que fui un día,

entre nidos y trigales.

Cuando  Antonio Pastor escribe versos para Alicia

Ramos, no puedo evitar mirar por los visillos del poeta y

ver a la muchacha renegar de los sonajeros de La Fídula.

En Inés Poveda Antonio ve la luz de Sorolla y la sombra

de Rembrant. Un canto a los ojos de Inés.

Las persianas de la tarde y la quietud de las ventanas son

para Cristina Cocca, regalo íntimo de Antonio Pastor Gaitero.

Cuando a Antonio Pastor le nombras a Miguel Ángel Yusta

pone a bailar los acentos en sus coplas. Natural en

un poeta que no conoce las palabras mudas.

No hay lenguaje comparable al del agua recién nacida.

Y eso lo ve mejor que nadie Antonio Pastor en Félix de la Torre.

Antonio Pastor  se pone más de pie para retar a Laura

Gómez Recas, en un poema que termina con un verso

para la certeza: y en los campos al viento verte quiero.

Ángel Guinda, otra ausencia que Antonio Pastor ve como

un claro azul de mar a las afueras. Qué belleza esta mirada

de Antonio sobre aquel Ángel que estuvo entre nosotros.

Antonio Pastor y Antonio Capilla Loma comparten

senda, amor, dignidad y verso. Es lo que el poeta pide.

Con Inma Ferrero delante, Antonio Pastor cambia la

estructura poética y se desliza como una melodía

inevitable hasta el abrazo de la aurora. Será romana, supongo.

Lo mismo hace con el gran Gabriel Celaya a quien

Antonio Pastor sigue desde que nació en  el barro,

en el pulso, en la sílaba música.

La voz de Dani Muñoz es vida para Antonio Pastor que se

entretiene y creo que en sus canciones se entrega.

Antonio Pastor intenta encontrar la voz del misterio de

Chuss Laforet, entre las espigas, el mar y probablemente una guitarra.

Volver al origen con Manu Clavijo es la propuesta de

Antonio Pastor que habla en este poema mucho de música

y aquella nostalgia de las calles nocturnas.

Con Juanlu Mora Antonio Pastor quiere volar. Quizás

porque ve en Juanlu la vocación de vilano que él no sabe que ya tiene.

A Claudio H Antonio Pastor le roba versos y resulta un

poema entretejido de ternura y vida.

Ay Daniela Riso y  La Fídula muerta, qué desnudos la

calle Huertas y el corazón de Antonio Pastor dejan.

Valentín Martín. Este es un viejo verde con la pata de

palo. A su bellísima boticaria le ha bajado la ternura desde

que él tiene los orgasmos secos y ya no necesita comprarle

artefactos. Antonio Pastor no lo sabe.

Julio Hernández, madriles negro cubano,  se va con

Antonio Pastor de la mano para cantar libertad. Libertad,

qué gran palabra. Y qué frenesí tiene este poema.

La amistad es una forma de amor que Antonio Pastor

reclama a Mario García Gironés.

Aunque la amistad sucede cuando sucede,

 no hay duda que el poeta esta amistad merece.

Canillejas y Federico Laporta están presentes no sólo en

este libro de Antonio Pastor y en la tinta del Orejas, sino

en los sueños de hoy que ayer mismo iban al colegio juntos.

De Lidia López Miguel Antonio Pastor precisa aprender

su sonrisa, su risa, y un rostro de paz que amar precisa.

Ante Conchita Eugenio Utrilla Antonio Pastor se viste de

domingo y de preguntas. El poeta no echa cuentas, se reafirma. Como amor llama al amor toda una vida juntos,

Antonio Pastor Gaitero no podría terminar este poema

Sino con un te quiero.

El viento se hace malo y anda entre los cipreses ante en el

adiós de Emilio Rioja Juárez. Antonio Pastor recuerda su

mano, su mundo, hasta que llegó el frío circular del silencio.

Tres años hace ya de Paloma Garcerán Ballesteros y

desde su pecho de mañanas florecido Antonio Pastor

recogerá el rocío de sus días. Escrito queda.

Volaron a otra parte los pájaros de luz de Hilario

Martínez Nebreda. Y desde él se alza la voz de Antonio

Pastor prometiéndole el mar y alas para el invierno.

En Juan Carlos Prados de Lucas, Antonio Pastor ve

poemas, pentagrama y noches que le buscan y le reclaman.

Cierra esta lista el nombre de Riky Gary a quien Antonio

Pastor obedece y nombra maestro y hermano. El poeta es

feliz haciendo caso y así vive tras las ventanas la vida en

paz que siempre pretendió Antonio.

Esta bandada de nombres no está lanzada al albur. Ni uno

de ellos está solo. Y entre nombre y nombre hay una

urdimbre tejedora de la mejor poesía que salva unigénitos

y provoca el mismo destino: la emoción. Antonio Pastor

Gaitero es el labrador de más aire que con la saquita llena

sobre el hombro y la cadera izquierda, va lanzando

puñados de simiente con la otra mano para que cada grano

caiga en su sitio que es el valle y no el cerro. Todo de

modo natural, todo de modo magistral. Porque el mejor

poeta no es el que protagoniza más estruendos sino el que

nos hace temblar. Su paso es seguro, su memoria poética y

musical, tan febril como inagotable. Y no hay miedo de perderse.

También la mar está llena de miles de barcos y los conoce.

Sabe de dónde vienen y a donde van. Incluso si el destino

de alguno es naufragar y quedarse. Sepan ustedes que

están ante uno de los libros más emocionantes que he leído

desde que me di al vicio. Así que hagan como yo: lean,

escuchen y disfruten del mejor hablador de la música.

Valentín Martín

Yo seré el beso si tu voz reclama

Yo seré el beso si tu voz reclama

el beso de mi fuego a fuego vivo,

seré para tu sed la ansiada fuente

y el río que en tus aguas desemboca

al destello de luz de tu reflejo,

tu mar, tu sal, tu espuma en las arenas. 

Seremos dos la vida de la llama

seremos dos el beso fugitivo,

la sonrisa del alba en el poniente,

toda razón para quererte es poca,

ámame con locura y sin complejo,

que yo te llevo amor a manos llenas.

Tuya es la voz que en el amor me llama,

tuya es la noche, el beso decisivo,

la fuerza que traslada la corriente

de mi caudal al delta de tu boca,

tuya es la luz paciente del espejo

y es tuyo el mar que en el amor serenas.

Poema del libro «La respuesta del espejo»

FELIZ DÍA DE LA POESÍA

Sigo buscando la palabra,

el hogar de tus manos,

su sitio y su acomodo,

el verbo que los pasos

llevan hacia tu casa

los acentos que dan

sentido a las esdrújulas.

Recogeré contigo en sus orillas

la sal y  el agua,

el vino del poema,

y busco el faro que ilumine el beso

que a tus pasos guía,

para que nada evite

que la palabra crezca

siendo abrazo y estribo

para sembrar poemas en tu pecho.

Antonio Pastor Gaitero

A Daniela Riso

Un local son paredes, unas puertas,

una techumbre, una ventana,  un suelo,

una barra y un nombre por modelo,

estantes con botellas entreabiertas.

 

Nunca será una casa si desiertas

quedan las manos vagas al consuelo,

si se aloja en olvidos el anhelo,

si se olvidan palabras por inciertas.

 

Concebiste un hogar y es necesario

agradecer abrazos que valoro

y sonrisas y lazos que consuelan.

 

Tú diste luz y voz al escenario

y al artista le diste su decoro,

y las palabras libres sobrevuelan.

Antonio Pastor Gaitero

 

La Fídula 4

 

Poemas cotidianos

He de decir por defender mi estima

que no salgo sin ella y soy prudente

miedo y respeto tengo a la pandemia,

soy persona de riesgo y me lastima

sin mascarilla ver al imprudente

y es esta una razón que al tonto apremia.

 

Si me protejo es por salvar si puedo

de infectar por contagio a otras personas

y protegerme así de ser infecto,

tan sólo fue un despiste y tengo miedo,

si piensas que no es nada no razonas,

te viene grande ¡Tonto! Este proyecto.

 

El virus sigue ahí, está presente

no se esconde ni avisa, está en el aire

y te acecha y  te infecta si respiras.

¿Lo ves? No tengas dos dedos de frente,

no des a la razón ningún desaire

la muerte se presenta sin mentiras.

 

Fue un despiste, salí sin mascarilla,

y a casa fui corriendo avergonzado,

cubriéndome la cara con las manos.

Corro en ziz zaz, me tuerzo una rodilla

y en ese instante pasan por mi lado

una chica, un mengano y dos zutanos.

 

Uno me mira mal y me reprende

¡Guarda la distancia al menos!- dice

los otros dos apenas si se inmutan,

si va a por ella el pobre me defiende

mi vecina Joaquina que predice:

¡Él se la pone siempre! no discutan.

 

Salgo por fin con ella bien sujeta

y me voy separando de la gente

que alegre pasa o que corriendo vuela,

los hay desvergonzados por su jeta

pero he de comentar y soy consciente

que son la mayoría buena escuela.

 

Corregir el error y no dar pausa,

ni un pequeño despiste ni un olvido

tengo que dar al virus que me aterra,

es esta la verdad para esta causa.

En algunas peleas ha vencido

mas saldrá derrotado en esta guerra.

Antonio Pastor Gaitero

 

Imagen destacada de Rocío Pastor Eugenio WOMANWORD

No puedo decirte adiós (1974)

Sé por tus labios

que hay un dulzor a fresco en la mañana.

Y porque quiero verte me reflejo

en el recuerdo ansiado de tu imagen

que como el mar, tu mar, mi alma serena,

y me reflejo en ti para abrazarte,

para fundir en desnudez locuras

y contemplarte, amor, y contemplarte.

Que torpe soy, no percibir tu risa

paralela a la vida,

ni tu suma de amor

multiplicada en besos.

No puedo decirte adiós,

no puedo pronunciar esa palabra,

la odié desde niño ¿Sabes?

mucho antes quizás de pronunciarla,

no puedo decirte adiós,

no puedo pronunciar esa palabra.

Antonio Pastor Gaitero (1974)

Antonio 1975

Mundo de muñecos (1973)

Os complace extender sobre nosotros

vuestra tejida capa envolvente,

absorbente y necesaria del miedo

en este mundo de muñecos.

El temor es necesario para la quietud,

para caer en la apatía necesaria,

no ir más allá significa no moverse

y estar parado,

significa ser un instrumento

en vuestras manos.

Nos enseñáis la ignorancia

y nos llamáis analfabetos,

nos cerráis los ojos

para llamarnos ciegos,

pero vendrá el día de los libres, de la luz,

se romperán las cuerdas de los muñecos

y caerán los manipuladores.

Y correremos las marionetas al fin libres,

al fin libres

correremos las marionetas al fin libres.

Antonio Pastor Gaitero (1973)

 

SÍ, YA SÉ, NO ME REPITAN ES LO ESTABLECIDO Y BASTA (1974)

SÍ, ya sé,

sé por qué la pared es necesaria,

nos obliga a girar sobre los pasos,

nos encierra en los muros de la casa.

Sí, ya sé, no me repitan,

es lo establecido y basta.

El mismo ritmo de siempre,

la misma canción guiada

por la vieja batuta envejecida

de ese viejo maestro, la ignorancia,

que supo inventar la clase

que quiso ponernos tapias,

vendas de hormigón forjado

sobre los ojos del alma.

 

Sí, ya sé, no me repitan

¿Por qué cambiar si es cómoda la danza?

Sí, ya sé, no me repitan

es lo establecido y basta.

Cambiemos la melodía,

las ventanas de la casa,

la cultura nuestra escuela,

la dignidad nuestra causa. (1974)

Antonio Pastor Gaitero

Canción del libro «Primeras canciones»

Antonio y Jose Miguel 1974

José Miguel acompañándome en la canción y en la amistad

Antonio 1974

 

Primeros acordes

No quiero ser la nieve que deshace

su vida y su esplendor sin resistencia,

y me enfrento al calor porque convierte

en nieve derretida mi conciencia.

Y no seré la rama deshojada

que no recibe aprecio por pobreza,

la vida es mi raíz, y despoblada

ha de brotar la savia en mi madera.

No quiero ser el árbol que termina

sus días sin nacer la primavera,

he de extender mis brazos hacia el aire

y crecer a la luz en la arboleda.

 

No quiero ser el grito enmudecido

que no conoce el eco en la garganta,

que no conoce luz porque enmudece

entre sombras su acento y su palabra.

No quiero ser servil el instrumento

que en otras manos cuando soplan suena,

en aire convertirme quiero, en aire,

y a mi aire cantar y a mi manera.

No quiero se  la máquina precisa

que apretando el botón se enciende y rueda.

Antonio Pastor Gaitero (1973)

Canción del libro «Primeras canciones»

Recopilación de canciones de la década de 1970  

 

A LAURA PASTOR EUGENIO

A Laura Pastor Eugenio -29 de Mayo de 2020

La suma de los años no es el tiempo

que extiende y suma y que mayor nos hace,

sólo el tiempo que vida disfrutamos

suma lunas y suma atardeceres,

y suma, si cruzamos horizontes

para vencer obstáculos de niebla,

si el pulso se acelera y la alegría

brota indomable ávida de vida

cual manantial naciente,

sólo el tiempo que al afecto acude

con lágrimas reúne y besos alza

es el tiempo que cuenta y te pervive,

si saltas, vuelas, ríes, lloras, amas,

bailas, denuncias, cantas, y defiendes,

si corres a la luz y la proteges

vives los años que tu tiempo ocupa.

Lo demás es vacío que no suma,

es ábaco de fácil aritmética

sin pulso, sin lágrima ni júbilo.

La edad es una anécdota imprecisa

que pretende inhibirnos del contento

si pensamos que el tiempo nos distancia

de la búsqueda del juego y la caricia.

Antonio Pastor Gaitero

Laura -7 (2)

 

Hilario Martínez Nebreda

Hilario cuando terminaba de recitar un poema miraba a su alrededor con una sonrisa cómplice, y uno a uno respondíamos con una sonrisa por abrazo, conocí a Hilario en la tertulia del Café de Oriente, en los inicios del año 2000, o en los finales de 1999, asiduos los dos al evento poético, fue su cordialidad lazo indispensable para el afecto, maestro de la amistad, era su presencia motivo de encuentro y aprendizaje. Fue necesario conocerte, te admiro y te quiero.

Dejo este poema de su libro  «Heridas de piedra» publicado en la Antología del Café de Oriente «Hiriendo de la luz el mar helado»

Se han posado en el árbol de mi llanto

aves oscuras. Y asoma sombría

una manada de lobos que guía,

por escarpadas noches, un abanto.

¿No ves mi piel, morena de quebranto,

envite del estío…? Y me creía

girasol bajo el sol del mediodía

en un jardín, sombrero de amaranto.

Si te vas espantada al ver que lloro,

¿Dónde tu voz que sé que cuando llamas

me puebla de palomas como un coro?

Ángel de piedra, huésped de las ramas,

herido del relámpago sonoro

ven a guardar la luna entre las llamas.

HILARIO MARTÍNEZ NEBREDA

 

Seré el cordón que frunza tu vestido

Seré el cordón que frunza tu vestido,

la cinta en la jareta que capture

para ceñir en lazo a tu cintura

la luz de tus hermosas catedrales.

 

Las altas torres que mi beso ansían.

Las cumbres generosas del latido

serán abrigo que la noche guarda

en clara redondez de luna llena.

 

En las sábanas nuevas de tu lecho

crecerán amapolas entre espigas

y un aroma de sol será en tu espalda

 

el refugio del beso que te añora.

Seré el cordón que anude tus abrazos,

y el nudo que desate tu lujuria.

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «El musical acento de tu nombre»

51 portada no 2

Fotografía de Rocío Pastor Eugenio

Adivinanza

Adivinanza del libro «Antoñito el orejas», libro publicado por» Lastura Ediciones»

 

No ve la luz aquél que ver no quiere,

no ve la luz el que a mirar se niega,

quien no alcanza el final ni ve ni llega

a conocer el fin que al fin supere.

 

No ve la solución, desgana adquiere,

seguir hoja por hoja el libro ruega,

no me cierre en sus manos, si me pliega,

nunca sabrá si el desenlace hiere.

 

Puede ser de aventuras, color rosa,

o negra puede ser o corta o larga,

puede ligera ser, puede ser losa.

 

De miedo, amor, si aburre te aletarga

al inicio lo lees, se escribe en prosa,

romántica, y si es drama será amarga.

Antonio Pastor Gaitero

 

 

 

Reseña del concierto del 20 de septiembre en La Fídula

La tarde amenazaba lluvia, pero un cálido viento apenas hacía bailar las hojas de los árboles, crucé tranquilo el Paseo el Prado y encaminé mis pasos al barrio de las letras, en la Calle de las Huertas 57 me esperaba un escenario amigo, la luz tenue de la sala provocaba en mí, la inquietud nerviosa del directo. Afiné la guitarra para probar sonido y empecé recitando un poema del nuevo libro «Con nombre propio». El silencio que me acompañó durante todo el concierto lo recibí como un abrazo y canté mis poemas con la  entrega sincera de un abrazo compartido.

Al finalizar el concierto sentí que me faltaba el abrazo de una despedida, es por eso que quiero volver a esta sala representativa de la canción de autor.

Estás hecha al olvido en esta tarde

que olvida el sol de mayo su existencia,

sería necesaria una  tormenta

de besos indulgentes, de iniciales

sonrisas en el alba del espejo

para esperar al mar desde la orilla,

para esperar la flor en los inviernos,

cuantas piedras tiré al acantilado

ese mes de diciembre y despedida

cuando el atardecer del mar lloraba.

 

Quizás la luna en su creciente guarde

la virtud que define la paciencia,

se divide en sus ciclos, tiene en cuenta

la fuerza natural de los metales,

entre los desengaños me hice viejo,

mi acero se oxidó, se tornó arcilla,

ya no vendrá la luna para vernos

de la mano seguir su paso alado,

de mi orilla tu mar buscó la huida

mientras la luna a nueva se alejaba.

Antonio Pastor Gaitero

Poema del libro «La respuesta del espejo» publicado por «Lastura Ediciones»

 

Concierto en el Llagar, en Canillejas

La pelota ahuevada

En el barrio jugábamos al fútbol en la plaza del cine (la plaza del cine y la plaza de la iglesia eran las únicas que estaban asfaltadas). Fernando era el más alto y era también el único niño que tenía pelota, y él decía quien jugaba con ella y quien se quedaba sin jugar. Mi amigo “Rafaelito” era muy delgado y casi nunca contaban él, mi amiga Carmencita era muy guapa y valiente y era la primera que elegía Fernando para su equipo, yo era el portero, porque me tiraba al suelo aunque fuera de piedra y lo paraba casi todo. Fernando que era el mayor tenía diez años. Bajaba después de merendar y decidía a pies con Hilarita, que era la mayor de las chicas, quien elegía cada uno para su equipo.

A mí casi siempre me elegían de los primeros. Esa tarde nadie quiso elegir a mi amigo Rafaelito y mi amiga Carmencita dijo que si él no jugaba, ella tampoco. Me puse al lado de Carmencita y dije que yo tampoco jugaba, entonces a Fernando le dio por reír y dijo qué tontos, pues vale os quedáis sin jugar.

Nos fuimos al callejón del barro a jugar al “gua” (a las canicas) y se vino con nosotros Teresa que era muy alta, Pablo que jugaba muy bien al fútbol y mi hermana Carmina.

Rafaelito, Matilde, Carmencita y mi hermana Carmina, al poco se fueron a merendar y nos quedamos Pablo y yo jugando a las canicas. Hicimos una raya en la tierra para salir, primero teníamos que meter la bola en el agujero y luego golpear con nuestra bola la canica del contrario y seguidamente volver a meter la bola en el “gua”, así ganábamos una bola, Pablo tenía mucho tino, era el mejor, si yo alejaba la bola me daba y luego metía su bola en el “gua” aunque estuviera muy lejos, si por el contrario me acercaba al agujero, Pablo tiraba al “gua”, la metía y luego golpeaba la mía con precisión y otra vez me ganaba, se estaba haciendo de noche, apenas veíamos jugar y menos mal, porque ya no me quedaban bolas para seguir jugando, me arruchó, hasta mi bola preferida que era de cristal azul.

Llegó el día de mi cumpleaños y mi madre me llevo a una fábrica de pelotas de goma que había en el “Pitañal”,  que era un barrio que estaba arriba del nuestro. Teníamos que atravesar para llegar a él, la era y el melonar, donde a veces íbamos a “coger” melones.

Me compro una pelota de goma que se la vendieron muy barata porque salió defectuosa, tenía un huevo. A mí no me gustó y lloré mucho. Mi madre me dijo, no te enfades y alégrate, tienes una pelota para jugar.

Yo no quería sacar mi pelota a la calle, me daba vergüenza y la escondí debajo de la cama.

Mi hermana Carmina se lo dijo a mi amiga Carmencita y las dos me convencieron para jugar en la plaza.

Fernando y todos los demás se rieron de mi pelota, que cuando botaba no sabíamos qué dirección iba a tomar y nos obligaba a correr detrás de ella cuando el huevo tocaba la calzada. Carmencita se reía como nunca y Rafaelito que era por cierto del Atlético de Madrid corría como un loco tras ella riéndose también. Para no correr tanto, dijimos que mejor nos la pasábamos de mano en mano haciendo un corro, pero cuando se nos caía, otra vez, todos corriendo detrás de la pelota, nos partíamos de risa.

Inventamos el rugby-fútbol, era súper divertido.

Fernando, Hilarita y todos los demás se acercaron  y nos dijeron que si podían jugar con nosotros. Carmencita y mi hermana Carmina les dijeron que si, pero Rafaelito será quién elija a pies con Matilde los componentes de los dos equipos. Rafaelito ganó a pies y me eligió a mí el primero.

Me fui corriendo a mi casa, ¡Mamá¡ ¡Mamá! ¡Abre! Salió mi madre asustada, le di un beso y me fui corriendo a la plaza.

Cuando llegué estaban todos jugando y riendo con mi pelota.

Cuento del libro» Adivinanzas, el libro olvidado y otros cuentos»

antoniopastor-palabras-cubiertas (2)

 

El pulso de la especie

A Laura Pastor Eugenio

Es verde el mar, es verde si lo miro

a través de tus ojos,

y  verde el cielo y verde la esperanza.

Verde madera tu mirada verde

y tus ojos de estrellas consteladas

serán campos de arroz en la albufera

de mi pecho,  vivencia  y alimento.

 

El trigo crece verde hacia la espiga,

y la semilla brota y enriquece

el campo y sus confines siderales,

y sucede la vida y sus misterios,

y el origen del fruto multiplica

la razón de vivir en armonía,

la razón de la savia  desatada,

el pulso de la especie.

 

El tiempo suma y pasa, es insensible

al ciclo natural que nos persigue,

siendo incesante el paso de los años,

pero sabemos que el instante es nuestro

y nada puede acelerar un beso

si el abrazo destella en tus pupilas.

LAURA 2018- CHUPETE

Laura tiene el acento suspendido,

entre vocales  une la palabra

y vuela victorioso en la mañana

el verdecido gesto de su nombre

a sus ojos de vida llena y nítida.

 

El tiempo ni es pasado ni es olvido

El tiempo ni es pasado ni es olvido

cuando el beso se queda en la memoria,

no tengo a tu recuerdo escapatoria,

ni tengo este suplicio merecido.

 

Me vine solo, con tu adiós vencido,

un carrusel tu voz, y yo la noria

que gira tras de ti, en obligatoria

caricia, inaccesible, sin sentido.

 

Eres mi viento, mi timón, mi vela,

la cuna de los sueños donde habito,

surca mi barca sobre el mar tu estela.

 

No te quiero olvidar ni sueño evito

pues sólo tu recuerdo me consuela.

Dejo tu amor en mi silencio escrito.

barco

Diseño de Miguel Martín Barragán

Poema del libro «El musical acento de tu nombre»

Música de Antonio Pastor Gaitero

El tiempo pasa y es inevitable

Antonio Pastor Gaitero

El tiempo pasa y es inevitable

cumpliendo así los ciclos de la vida,

mas viajar con el tiempo es lo importante,

sentir el aire fresco en la mañana

y la brisa de sal que el mar renace

y brindar por la vida y por un sueño

paralizando el tiempo en ese instante.

Al sentir amistad en tu sonrisa

le das valor al tiempo y me parece

que siento los minutos cuando laten

y el tiempo entre nosotros se entretiene.

No se le vence al tiempo con la urgencia,

sólo con la paciencia se le vence.

El tiempo pasa y es inevitable,

sentir cada segundo y su latido

y compartir tu tiempo es lo importante.

Poema del libro «La respuesta del espejo»

Aprendimos con cuentos el engaño

Adelanto este poema del libro»El musical acento de tu nombre» por la lucha y la defensa de la igualdad entre personas.

Aprendimos con cuentos el engaño.

La farsa fue motivo y pesadilla,

no has sido ni serás media costilla,

ya es hora de salir de ese rebaño.

 

Hizo el poder por defender el daño

ofrecer sin razón la otra mejilla,

el miedo es del poder la zancadilla

que por callar coloco y acompaño.

 

Eres la vida, de la luz la franja

que defiende igualdad siendo primera,

la existencia del pan y de la espiga.

 

Nunca serás mujer media naranja,

ni paloma en tu vientre, ni ceguera,

por mucho que el poder del hombre diga.

Antonio Pastor Gaitero

Foto calentario 2017

Fotografía de http://www.javierjimeno.com